2019-09-10 / OPINIÓN / Michelle Quintanilla

Me preguntan: "¿Han habido cambios en el sistema migratorio?". Diario vemos al Presidente Trump‎ en las noticias, con su retórica anti-inmigrante.  Sabemos de su política de 'Compra americano. Contrata americanos'.  El Presidente dice que está opuesto a la migración ilegal de extranjeros a su país, pero no en contra de los que emigran, por la vía legal. Pero desde que empezó su presidencia, la "vía  legal" se ha complicado cada día más. 

En mi opinión, por el mismo temor promovido por el Presidente, el número  de aplicaciones para visas de trabajo, inversión y residencias, ha declinado. Aunque, en general, los requisitos de estas visas y categorías de residencia no han cambiado,  las solicitudes han disminuido.   Por temor a una negación o por la incertidumbre, muchos prefieren esperar cambios definitivos o hasta un cambio en Administración, antes de solicitar un beneficio migratorio.  

Con una disminución de aplicaciones, uno esperaría una reducción en los tiempos de procesamiento. Pero no ha sido así. Los tiempos, por parte del Servicio de Ciudadanía e Inmigración han incrementado. Y, aunque la agencia ha expresado esfuerzos para implementar estrategias para reducirlos, hemos visto todo lo contrario. 

Las políticas de Trump definitivamente han contribuido a estos retrasos.  Su administración revocó la política  que permitía que los oficiales de Migración defirieran a la previa determinación de una aplicación de visa, en  considerar una extensión. Actualmente, cada aplicación es considerada como nueva.  Aunque el solicitante haya, anteriormente tenido la misma clasificación, las aprobaciones previas NO son consideradas en una renovación o extensión.  Cada aplicación es revisada como si fuera la primera vez, incrementando el tiempo de resolución de casos recurrentes.

Trump también implementó entrevistas obligatorias para los solicitantes de residencia, basada en empleo. Anteriormente, estos casos se consideraban de bajo riesgo y eran exentos a entrevista.  Estas solicitudes ahora requieren una cita, en persona, con un oficial de Migración.  El nuevo proceso ha incrementado la espera de estas decisiones. 

Además, hemos visto un incremento drástico en el volumen de Requerimientos de Información Adicional (RFE, por sus siglas en ingles), emitidos por USCIS. Los Requerimientos solicitan información o documentación suplementaria, para aclarar dudas de Servicio de Ciudadanía e Inmigración e incrementan el tiempo de procesamiento, por meses. 

Sumando a los retrasos, a partir de este año,  todos los dependientes de un solicitante principal deben de asistir a una cita biométrica. Además, USCIS, ya no otorga a los dependientes, la cortesía de considerar sus aplicaciones, junto con la petición del solicitante principal. Anteriormente, al adjudicar una aplicación, cualquier solicitud de dependiente  simultáneamente se decidía.  Ahora, después de que el caso principal es aprobado, los dependientes deben asistir a una cita biométrica y posteriormente se consideran sus aplicaciones. La aprobación del caso de los dependientes puede tardar hasta 5 o 6 meses más que el caso principal, muchas veces afectando la movilidad de la familia, la dinámica y la unión familiar.  

¿Ha habido cambios? Sí, definitivamente. El Presidente Trump es muy claro en su opinión de los migrantes. Esto ha fortalecido "la mano dura" de los oficiales migratorios, justificada por los esfuerzos de Trump de realizar una revisión profunda de cada caso y cada solicitante. Pero, en vez de ser motivo de desaliento, debe de ser razón para estar más preparado, mejor asesorado y dispuesto a tener paciencia….en mi opinión.
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